Ahora le toca el turno al director de fotografía: Alberto Lavín. De él puedo decir muchas cosas: es un gran director, posee un talento innato para el cine, con un ojo de precisión a la hora de grabar una secuencia. Su pulso con la cámara en mano siempre me ha fascinado, es por ello que me siento muy afortunado de haber vuelto a contar con él en un cortometraje. Pero sobre todo es un gran amigo. Teniendo todo esto que más se puede pedir... Click aquí!!
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